18 febrero 2014

INTERVENCIÓN EN ALGUNOS TRASTORNOS CONDUCTUALES DEL MAYOR CON DEMENCIA y/o ENFERMEDAD DE ALZHEIMER (EA)

TRASTORNOS DE CONDUCTA

            Se trata de una serie de síntomas frecuentes en los enfermos con demencia que se reflejan en cambios en su forma de actuar; se comportan de manera diferente o bien su personalidad ya no es la misma.
            Generalmente estos cambios aumentan y se acentúan a medida que avanza la enfermedad, siendo más frecuentes los trastornos del estado de ánimo, los síntomas de ansiedad, la agitación, los cambios del ritmo del sueño, los trastornos de la sensopercepción, el vagabundeo, la alteración de la conducta alimentaria, la alteración de la conducta sexual, las conductas automáticas, etc.
            Los problemas conductuales son un componente de la enfermedad, el enfermo ya no tiene control sobre ellos y no es por tanto responsable de los mismos. La lógica que rige el comportamiento diario de las personas no puede aplicarse al demenciado pues este se rige por un comportamiento carente de esta.
            Es muy agresivo para la familia que el enfermo pierda progresivamente su capacidad de autocuidado, lo que dificulta su autonomía. Ante esta pérdida de capacidad y la presencia de irritabilidad, obstinación, agresividad y comportamiento ofensivo asociados a la enfermedad, es necesario intervenir y manejar estos síntomas,  no es fácil de llevar a cabo pero es posible.

CAMBIOS EN EL CARÁCTER

            En las etapas iniciales de la demencia, suele producirse un cambio en el carácter y/o la personalidad del enfermo, es decir una exageración de su forma de ser, personas con carácter autoritario se vuelven más exigentes, aquellas con carácter afable lo serán de manera más exagerada.
            No es de extrañar que ante las actividades que comienzan a suponer dificultades para el enfermo, se muestre nervioso, inseguro, si no se ve capaz de llevarlas a cabo o siente que cada vez necesita más ayuda. Es posible que ante dichos problemas se muestre irritable, llegando a enfadarse de forma desmesurada por aquello que no le hubiera molestado anteriormente.
            Puede aparecer apatía, es una falta de motivación, emoción o entusiasmo. Un estado de indiferencia en cuanto al planteamiento de objetivos, no le interesan las cosas habituales o no se implica en el funcionamiento familiar, no participa, no conversa.

NEGANDO LAS PÉRDIDAS DE MEMORIA

            Algunos pacientes con demencia en las fases iniciales de la enfermedad pueden expresar sus preocupaciones por los olvidos frecuentes, si bien, a medida que la enfermedad progresa, más tarde o más temprano, terminarán por negar sus olvidos: "yo no olvidé esa cita", “eso no me lo dijiste”.
            Los olvidos constituyen el síntoma fundamental de la demencia y la característica fundamental es que al poco tiempo de realizar una acción, olvida haberla realizado o la recuerda de forma fragmentada, interfiriendo esto en la realización de sus actividades cotidianas.

AGRESIVIDAD: INSULTOS Y ACUSACIONES

            Este tipo de conducta, con insultos y acusaciones sin sentido ("usted me roba", "quiere matarme", "me persigue", "no me dan comida y me tratan mal"), llega a ser muy conflictiva, especialmente cuando es transmitida a los familiares y cuidadores.
            No debemos discutir con el enfermo, cuando este nos insulta no sirve de nada explicarle que está equivocado. Discutir con el, solo logrará que se agite y moleste más; la forma más adecuada, a pesar de los insultos, es a través de palabras suaves y tranquilizadoras y utilizando alguna técnica que redirija la atención del paciente hacia otra cosa.
            No debemos tratar de reprimirle físicamente, puede sentirse acorralado y sentirse más combativo. Estos comportamientos a veces se pueden evitar utilizando actividades que le distraigan, llamando su atención hacia otra cosa.

TRASTORNO DEL SUEÑO

            A medida que avanza la edad, el sueño tiende a ser más fragmentado, menos profundo y con despertares nocturnos frecuentes. En el caso del enfermo con demencia, este puede despertarse en la noche para ir al baño y no encontrarlo, lo que puede producirle confusión y/o agitación; en estos casos, dispondremos de una luz de noche y un orinal a su alcance, señalizando la localización del baño. El ejercicio mejora la calidad del sueño y su duración; este deberá realizarse preferentemente en la mañana o muy temprano en la tarde, no antes de acostarse. Los trastornos del sueño en el demenciado son uno de los problemas más agotadores para los cuidadores.
            Eliminaremos las siestas. Las siestas en la tarde pueden darle cierta libertad al cuidador, pero quitan tiempo al sueño nocturno. Suele ser apropiado darles leche caliente o tisanas de hierbas aromáticas antes de acostarse para contribuir a relajar al mayor.

TRASTORNOS DE APETITO

            En ocasiones, la pérdida de memoria reciente, es uno de los primeros síntomas de la enfermedad que puede hacer que nuestro familiar olvide que acaba de ingerir su comida y pida más a cualquier hora.
            Los hábitos alimentarios pueden complicarse además si existe una afectación del centro cerebral regulador del apetito, apareciendo unas ganas desmesuradas de comer en general o sobre determinados tipos de alimentos. Repartiremos la cantidad total de alimentos que debe ingerir en un día en más tomas de las acostumbradas. Prepararemos comidas bajas en calorías: frutas, verduras, líquidos, productos desnatados, etc.

DEPRESIÓN


            La depresión fundamentalmente es un trastorno del humor, del ánimo, que hace que quien la padece se encuentre triste, incapaz de experimentar placer, sin ilusión, con sensación de soledad e inutilidad. Todo ello altera su actividad, acompañándose de alteración del sueño, cansancio, inquietud, síntomas físicos que se viven como malestar general.
1.      Debemos valorar los síntomas y determinar si es necesario el uso de fármacos u otras medidas. 
2.      No insistir a la persona para que se anime e intente salir de la depresión.  No potenciar comportamientos depresivos (permanecer en cama, descuidar su higiene o imagen, abandonar actividades, etc.)
3.      Recomendar de forma especial el mantenimiento de las actividades de la vida diaria (higiene, tareas domésticas, comidas, etc.). Procurar realizar otro tipo de actividades, aquellas que gustan a la persona (salir a tomar un café, a pasear, jugar una partida de cartas, conversar, etc.). Promover actividades en grupo que evitan el aislamiento.
4.      Debemos asegurarnos que no le pedimos tareas complicadas que no sabe realizar y pueden desanimarles aún más.
5.      Cuidar la visión, que es un sentido de gran importancia para relacionarnos con el medio: no forzar la vista, utilizar gafas si es necesario.
6.      Mantener las relaciones con otras personas alarga la vida en cantidad y calidad. Interesa potenciar la conversación, que favorece la expresión de sentimientos, emociones y la rememoración. En general, evocar recuerdos personales mejora la autoestima. El llanto puede ser beneficioso como desahogo, pero no debe convertirse en una forma de asegurar la atención de los que nos rodean.
7.      Intentaremos mejorar los problemas de sueño mediante el control de horarios
8.      Respecto a los pensamientos depresivos, debemos relativizar los contenidos, indicando los aspectos positivos o las alternativas a dicho pensamiento.

DELIRIOS

            Son interpretaciones erróneas, falsas creencias sobre la realidad que el paciente mantiene como verídicas. En enfermos con demencia suelen observarse delirios de robo, de intrusión o reconocimiento del hogar, de abandono, infidelidad, etc.
            Un ejemplo de delirio muy frecuente es el “delirio de robo”: el paciente, ante la desaparición de un objeto (cuya explicación puede ser haberlo guardado y no recordar dónde), cree que éste le ha sido robado por alguien, pudiendo acusar de ello al cuidador u otra persona cercana.
            Los delirios son los desencadenantes de muchos problemas de comportamiento y en general causan temor a los familiares. Si los delirios son poco importantes o infrecuentes, y no dificultan la vida del enfermo, pueden pasarse por alto, siempre observando su evolución.

ALUCINACIONES

            Las personas que sufren alucinaciones ven, oyen, huelen o sienten cosas que no son reales. Las alucinaciones son percepciones erróneas, sin un estímulo real que las provoque. Reaccionaremos con calma para que el paciente se sienta cómodo y protegido. Para la persona con demencia estas circunstancias pueden ser muy reales y le producen temor y angustia; no obstante, no es conveniente que discuta con ella sobre la veracidad de lo que ha visto u oído; trataremos de calmarla tomándola de la mano y hablándole suave y cariñosamente. También podemos distraerla mostrándole algo real de la habitación donde se encuentra.

VAGABUNDEO

            Es una de las características más notables de la demencia. Es potencialmente peligroso para el paciente y sus cuidadores, es desesperante y produce pánico y sentimientos de culpa. A menudo es producido por una sensación de hallarse perdido y/o porque algo distrae al paciente. Los lugares nuevos, desconocidos para el paciente, incrementan la probabilidad del vagabundeo por tratarse de lugares no familiares. Algunos pacientes vagabundean de día, otros de noche, y a veces por ninguna razón aparente. Algunos vagabundean por sentirse físicamente inquietos, por lo que largas y agotadoras caminadas pueden ayudarles a relajarse; una vez en casa, cuando el paciente aparece, evitaremos demostrar el enojo y hablarle pausadamente y con cariño.
 Averiguaremos si las idas y venidas están ocasionadas por aburrimiento.  Procuraremos que este identificado, impidiendo que salga de casa solo.

REPETICIÓN DE ACTOS Y PREGUNTAS

            Se trata de una conducta que de alguna forma es opuesta al vagabundeo, en lugar de hallarse distraído, el paciente se queda fijado en una tarea o no es capaz de dejar de hacerla (p.ej., doblar toallas, lavarse las manos, pasear, apagar y encender las luces). Si la conducta repetitiva no es peligrosa, puede dejársele que continúe tanto tiempo como pueda hacerlo. Si se desea que tal conducta termine, a veces el decirle "para o detente" puede o no funcionar. Otras veces, puede abrazarle o cogerle cariñosamente del brazo para que interrumpa la actividad mientras se le habla suavemente agradeciéndole por aquello que estaba realizando y ofreciéndole otra tarea.
            Ante la repetición constante intente redirigir su atención hacia otra actividad que el paciente disfrute; es decir, ofrézcale algo distinto para ver, hacer u oír.

OCULTANDO, PERDIENDO Y AMONTONANDO COSAS

            Este tipo de conducta también es muy común en la demencia: suelen olvidar dónde han puesto las cosas y en algunos casos pueden acusarle a usted y a otras personas de sustraer los objetos perdidos. Para poder manejar esta situación es necesario disponer sus cosas en lugares seguros y que tenga duplicados de los objetos más importantes (llaves, gafas).

CONDUCTA PERSECUTORIA O DE SEGUIMIENTO

            Algunos enfermos con demencia siguen a sus cuidadores de habitación en habitación. Aunque esta conducta puede llegar a ser frustrante, por lo menos están a la vista y no vagabundeando lejos y en lugares desconocidos. Trataremos de ser pacientes; el enfermo vive en un mundo extraño y complicado que le es menos familiar y misterioso cada día que pasa, en el que el cuidador es su único punto de referencia y seguridad (se siente inseguro, teme que se vaya y no regrese), por lo que es natural que quiera seguirle a todas partes.

OBSTINACIÓN O NEGATIVISMO

            Una memoria vacilante, la pérdida progresiva de las propias capacidades, el aumento de la dependencia hacia otros para las actividades más mínimas y el miedo a un futuro incierto hará que muchas personas se vuelvan más obstinadas. Es una respuesta consecuente. Muchos enfermos con demencia automáticamente dirán "no" a un sinnúmero de propuestas por  parte del cuidador: "Cuando queramos que hagan algo, no lo harán". Si le decimos "es hora de que te bañes" y rechaza de inmediato esta propuesta, es posible que el paciente no entienda bien el significado de lo que le acabamos de decir. Optaremos por llevarlo al baño, con tranquilidad, meterlo en la ducha y pedirle que se quite la ropa, pieza por pieza.

AGITACIÓN Y AGRESIVIDAD

            Cuando hablamos de agitación nos referimos a un estado de intranquilidad, excitación, y/o conductas repetitivas que la persona no puede controlar, carecen de una finalidad aparente y que están presentes de forma continuada.
            La agitación puede ser una manifestación del estrés o ansiedad, así como una vía de expresión de múltiples síntomas en un enfermo, cansancio, dolores, insomnio, ganas de orinar, etc.
            El enfermo puede mostrar en ciertos momentos enfado, irritabilidad o incluso agresividad: gestos o expresiones corporales (ceño fruncida), agresiones verbales (insultos, gritos), agresiones físicas, etc.
            Ante la presencia de un problema de agitación o agresividad debemos buscar la posible causa, circunstancias que hacen que la persona se comporte de esta manera, problemas de salud, efectos de la medicación u otras sustancias, cansancio, incomodidad, etc.
            Evitaremos reaccionar de manera impulsiva, mediante enfrentamientos: debemos mantener la calma, tranquilizar y desviar su atención mediante actividades o comentarios.

SÍNDROME DEL SOL PONIENTE O CREPUSCULAR

            En la demencia se aprecia un ritmo diario circadiano: razonable funcionamiento y cooperación en las mañanas y empeoramiento vespertino ("cuando la tarde cae"), con confusión, irritabilidad, deterioro mental e incremento de los problemas conductuales; tiene un inicio rápido y es más frecuente en marcos institucionales. Este ritmo diario es conocido como "Síndrome del Sol Poniente". Aunque su causa se desconoce, se considera que la fatiga, los ambientes con poca luz y la carencia de una estimulación sensorial adecuada pueden jugar un papel importante.
            Debemos planificar la mayoría de las tareas para el paciente en las mañanas y dejar la tarde más libre para el paciente, reduciendo al máximo el número de estímulos que aumente su distracción y tratando de que la tarde sea lo más simple posible para él, estimulando el ejercicio y la actividad mental y social personalizada, acompañando siempre los ambientes con luz de día.

DESINHIBICIÓN

            Es el comportamiento impulsivo e inapropiado de la persona que padece una demencia en cuanto a sus movimientos o a sus palabras, más frecuentemente. El demenciado pierde la capacidad para diferenciar lo que está bien o mal en nuestra sociedad llegando a comportarse de forma irresponsable e irrespetuosa, con demostraciones de escasez de juicio o sentido común, e incapaz de adaptar sus comportamientos a todo lo que les rodea. Se vuelve impulsivo en sus comportamientos; se comporta de manera grosera, descortés, perdiendo la gracia y el tacto social; mantiene un lenguaje obsceno, roba, arremete, etc.
            A veces muestra una excesiva jocosidad, realizando bromas de forma excesiva, ofensivas o en momentos inoportunos. Nuestra intervención se basa en:
1.      No darle demasiada importancia, comprender que se trata de efecto de su demencia y que no es posible razonar con él.
2.      Tranquilizarle siempre mediante nuestro tono de voz, tacto, y palabras. Conviene ser empático, receptivo, amable, etc.
3.      Informar sobre este problema a las personas de su entorno cercano para que comprendan por qué el enfermo se comporta de determinada manera. No hay que sentir vergüenza, ni debe haber sentimientos de culpabilidad.
4.      No reprimirle físicamente, puede sentirse acorralado y más combativo.
5.      Tratar de evitar estos comportamientos utilizando actividades que le distraigan, llamando su atención hacia otra cosa.

CONDUCTA SEXUAL INAPROPIADA

            Es una preocupación habitual aunque no suele ser una conducta frecuente. Aunque se trata de una conducta que no suele ser dirigida a nadie en particular, la exposición de los genitales, caminar desnudo, el acoso sexual, la masturbación en público, etc., suele crear un gran trastorno en familia y cuidadores.
            Investigaremos el posible origen de esa conducta; por ejemplo, el encontrarlo desnudo deambulando puede ser simplemente que olvidó que debe vestirse y/o no encontró su ropa y/o tiene calor; la exposición de sus genitales puede significar que tiene deseos de orinar. Si el que se desnude en público es el problema, le pondremos ropa que para él sea difícil de quitar, etc.


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