ACTIVIDAD FISICA EN ENFERMOS CON DEMENCIA
La actividad física
contribuye a mantener una vida saludable, en la ciudad contribuye a eliminar los efectos perjudiciales del
estrés y sedentarismo y también en el medio rural, al ir desapareciendo la
vinculación tradicional a la agricultura, unido a mayores niveles culturales,
de formación e información. Es una modalidad de ocio compartido para realizar
una actividad motriz complementaria de la habitual.
Hay varios condicionantes físicos, psicológicos y sociales
que determinan el bajo nivel de practicas corporales realizado por las personas
mayores. El cuerpo humano, a causa del natural proceso de envejecimiento, sufre
un deterioro progresivo e irreversible que va limitando sus posibilidades
motrices, impidiéndole realizar las actividades físicas que se proponen, a no
ser que éstas estén perfectamente adaptadas a sus posibilidades y limitaciones.
La imagen corporal de los mayores, como algo gastado,
deteriorado y desagradable, no corresponde al ideal estético de moda actual y
no responde a los esquemas que defiende la sociedad. Por ello la persona mayor
no asume su realidad corporal, lo cual dificulta su vida relacional. Esta
imagen de si mismos y el envejecimiento orgánico, agravado por el trato social
desde el momento de la jubilación, hacen que sientan una disminución de su
disponibilidad con relación al medio, favoreciendo conductas sedentarias y
solitarias que aceleran los procesos de envejecimiento patológico.
Todos los factores descritos se agravan en el caso de los
enfermos con demencia o enfermedad de Alzheimer. La información disponible en
la literatura científica en relación con formas de intervención terapéutica
durante el desarrollo de la demencia o enfermedad de Alzheimer (EA), pone de
manifiesto la importancia de los programas de actividad física controlados y realizados de forma temprana, es decir en
el primer estadio de la enfermedad.
OBJETIVOS
El objetivo principal del
estudio es valorar la efectividad terapéutica de un programa de
actividad física controlada en un grupo de pacientes con demencia en fase 1 o
estadio temprano de la enfermedad.
Los objetivos específicos
de las actividades motoras, realizadas a los ancianos con EA, son vencer
las rigideces articulares y favorecer la relajación de los diversos grupos
musculares.
Los ejercicios de la mañana tratarán de vencer las rigideces
articulares alcanzando los máximos recorridos posibles sin llegar al dolor o
fatiga.
Los ejercicios vespertinos trataran de liberar al sistema
músculo-esquelético de las tensiones sufridas durante el día con el fin de
propiciar un descanso reparador durante el sueño.
METODOLOGÍA
Realizamos una valoración geriátrica integral (biofísica, psíquica, funcional y
social) de 40 enfermos con demencia en la primera fase, así como
una analítica básica, bioquímica y hematológica para descartar
contraindicaciones absolutas del ejercicio físico.
Después de revisar la historia clínica, les realizamos a todos
los enfermos el cuestionario Mini-examen
cognitivo de Folstein, adaptado y validado por Lobo y col.. Todos dieron puntuaciones inferiores a 23
puntos. A continuación descartamos posibles trastornos del estado de animo,
cuadros de delirantes y demencias vasculares realizando el cuestionario CAMCOG del examen
cognitivo CAMDEX, para ratificar el diagnostico de
deterioro cognitivo. Confirmamos en los 40 enfermos diagnósticos posibles de
Demencia.
Seleccionamos
aleatoriamente veinte enfermos (Grupo de
estudio) a los que realizamos un programa básico de actividad física
aerobia y controlada, en sesiones de mañana y tarde, treinta minutos (Programa
de actividad motriz), con pequeñas flexiones y extensiones de las
articulaciones de los miembros, cadera, columna y hombros.
Utilizamos
una sala iluminada con luz natural, con el suelo alfombrado, una suave música
ambiental y un material deportivo
elemental.
Los ejercicios se
realizan con suavidad y sin alterar el ritmo respiratorio. Cada anciano llega
al límite que sus articulaciones le permiten
y no se pretende en ningún caso que todos sigan a la perfección la
sesión como si se tratara de una tabla de gimnasia. Los movimientos se efectúan
cuatro o cinco veces cada uno, con un intervalo de medio minuto de pausa entre
ellos, para respirar de forma mas amplia sin forzar la frecuencia
respiratoria.
La práctica de la actividad motriz se realiza, durante 30 a 45
minutos, en las siguientes fases:
1.- La primera etapa de la actividad física o motriz, de
calentamiento, para prepararse física y psicológicamente para una actividad
distinta a la normal y ayudar a prevenir lesiones.
Las consecuencias fisiológicas son aumento del ritmo cardiaco;
aumento de la presión arterial y dilatación de los vasos; aumento de la velocidad contráctil y
elasticidad muscular; aumento del impulso corporal y aumento de la coordinación
muscular.
En los mayores tenemos una serie de cuidados: cada anciano debe aprender a realizar su
calentamiento; comenzamos de forma
progresiva, por zonas de mayor riesgo de lesión o antiguas lesiones; ordenamos
la ejecución de los ejercicios, evitando olvidos; respiramos normalmente;
andamos entre los ejercicios; no hacemos mas de ocho o diez veces cada
ejercicio; el tiempo máximo de calentamiento no supera los 10-15 minutos; el tiempo
máximo entre calentamiento y desarrollo principal es de tres minutos.
2.- La 2ª etapa, de desarrollo principal,
con la realización de la actividad física simple. Los ejercicios principales fueron flexiones y extensiones de
miembros superiores e inferiores, deambulación y movimientos de columna
cervical y dorsal, 10 a 15 minutos.
3.- La 3º etapa, de relajación, con un periodo de 5 a 10
minutos para distender la musculatura que hemos empleado durante el desarrollo
principal
Los fines de la relajación son prepararse físicamente y
psicológicamente para la vuelta a la normalidad y evitar contracturas
musculares.
El periodo de ejecución del Programa de Actividad Motora
fue de 3 años, con periodicidad diaria.
Los otros veinte enfermos formaron el Grupo Control, que no realizó programa de actividad motriz
descrito.
Comparamos el Grupo de
estudio y Grupo Control al
terminar los tres años, del periodo de ejecución del programa de actividad
física, en los siguientes parámetros:
1.- Fase, evolución o estadio
de la enfermedad.
2.- Presentación de úlceras de
decúbito.
3.- Control de esfínteres.
4.- Alteraciones de la
deglución.
5.- Presentación de fracturas.
6.- Presentación de
infecciones respiratorias.
Realizamos un análisis de varianza con los parámetros indicados
en función de los enfermos del Grupo de Estudio y Grupo Control.
RESULTADOS
1.- Los cambios en la fase de la enfermedad en el Grupo
Control y el Grupo de estudio no guardan relación significativa con
la practica o no del Programa de Actividad Física o Motora.
2.- Hay relación significativa entre la practica del Programa
de actividad motriz y la presentación de úlceras de decúbito, en el
sentido de menor numero de las mismas en los enfermos que realizan el programa de actividad motriz. (P< 0,005)
3.- Existe relación significativa entre un mejor control de
esfínteres y una mejor deglución y el hecho de pertenecer al grupo
de enfermos demenciados que realizan el Programa de actividad física (Chi
cuadrado de Pearson = 0,00000).
4.- El numero de fracturas que se
presentan y de numero de infecciones
respiratorias en el periodo de estudio
es menor en el grupo, clínico o de estudio, que realiza el Programa
de actividad motriz (P< 0,005)
DISCUSIÓN
En los enfermos que realizan el Programa de actividad
física hay menor presentación de
fracturas espontáneas, menor aparición de úlceras de decúbito, menor numero de
infecciones respiratorias y una mejor deglución en los estadios posteriores de
la enfermedad.
El programa de actividad motriz realizado no altera la evolución
clínica de la enfermedad de manera significativa, es decir las sucesivas fases
o periodos clínicos de la demencia se suceden en los dos grupos de
enfermos, sin diferencias significativas entre ambos.
Al disminuir la presentación de las complicaciones patológicas
descritas, en los enfermos del grupo de estudio, mejoramos la calidad integral
de vida de los pacientes con EA.
En nuestro estudio longitudinal, vemos que la actividad
física controlada mejora la calidad de vida de los enfermos con demencia.
El nivel de calidad de vida es muy importante
en las últimas fases de la enfermedad,
la reducción al estadio vegetativo produce gran numero de complicaciones
medicas en los enfermos.
Si los ancianos disfrutan
con estos ejercicios físicos, continuaran realizándolos, fomentaran la confianza en sí mismos y
aumentará su bienestar físico y mental, estimulando la capacidad para hacer
frente a su enfermedad.
Podemos concluir diciendo que
el ejercicio físico aerobio efectuado desde los primeros estadios de la
demencia mejora los síntomas que irán apareciendo a lo largo de la misma,
eleva el nivel de calidad de vida de los enfermos y como consecuencia disminuye
el estrés de los cuidadores.
La actividad física podemos realizarla en la institución
de referencia (Club, Asociación, AFA, etc.) o en el domicilio del mayor,
combinándola con deambulación y ejercicios
en grupos pequeños de amigos, familiares o conocidos que estimulen la
integración del enfermo y eleven su autoestima.