INTERVENCIÓN EN ALGUNOS TRASTORNOS CONDUCTUALES DEL MAYOR CON DEMENCIA y/o ENFERMEDAD DE ALZHEIMER (EA)
TRASTORNOS DE CONDUCTA
Se
trata de una serie de síntomas frecuentes en los enfermos con demencia que se
reflejan en cambios en su forma de actuar; se comportan de manera diferente o
bien su personalidad ya no es la misma.
Generalmente
estos cambios aumentan y se acentúan a medida que avanza la enfermedad, siendo
más frecuentes los trastornos del estado de ánimo, los síntomas de ansiedad, la
agitación, los cambios del ritmo del sueño, los trastornos de la
sensopercepción, el vagabundeo, la alteración de la conducta alimentaria, la
alteración de la conducta sexual, las conductas automáticas, etc.
Los
problemas conductuales son un componente de la enfermedad, el enfermo ya no
tiene control sobre ellos y no es por tanto responsable de los mismos. La
lógica que rige el comportamiento diario de las personas no puede aplicarse al
demenciado pues este se rige por un comportamiento carente de esta.
Es
muy agresivo para la familia que el enfermo pierda progresivamente su capacidad
de autocuidado, lo que dificulta su autonomía. Ante esta pérdida de capacidad y
la presencia de irritabilidad, obstinación, agresividad y comportamiento
ofensivo asociados a la enfermedad, es necesario intervenir y manejar estos
síntomas, no es fácil de llevar a cabo
pero es posible.
CAMBIOS EN EL CARÁCTER
En
las etapas iniciales de la demencia, suele producirse un cambio en el carácter
y/o la personalidad del enfermo, es decir una exageración de su forma de ser,
personas con carácter autoritario se vuelven más exigentes, aquellas con
carácter afable lo serán de manera más exagerada.
No
es de extrañar que ante las actividades que comienzan a suponer dificultades
para el enfermo, se muestre nervioso, inseguro, si no se ve capaz de llevarlas
a cabo o siente que cada vez necesita más ayuda. Es posible que ante dichos
problemas se muestre irritable, llegando a enfadarse de forma desmesurada por
aquello que no le hubiera molestado anteriormente.
Puede
aparecer apatía, es una falta de motivación, emoción o entusiasmo. Un estado de
indiferencia en cuanto al planteamiento de objetivos, no le interesan las cosas
habituales o no se implica en el funcionamiento familiar, no participa, no
conversa.
NEGANDO LAS PÉRDIDAS DE
MEMORIA
Algunos
pacientes con demencia en las fases iniciales de la enfermedad pueden expresar
sus preocupaciones por los olvidos frecuentes, si bien, a medida que la
enfermedad progresa, más tarde o más temprano, terminarán por negar sus
olvidos: "yo no olvidé esa cita", “eso no me lo dijiste”.
Los
olvidos constituyen el síntoma fundamental de la demencia y la característica
fundamental es que al poco tiempo de realizar una acción, olvida haberla
realizado o la recuerda de forma fragmentada, interfiriendo esto en la
realización de sus actividades cotidianas.
AGRESIVIDAD: INSULTOS Y ACUSACIONES
Este tipo
de conducta, con insultos y acusaciones sin sentido ("usted me roba",
"quiere matarme", "me persigue", "no me dan comida y
me tratan mal"), llega a ser muy conflictiva, especialmente cuando es
transmitida a los familiares y cuidadores.
No
debemos discutir con el enfermo, cuando este nos insulta no sirve de nada
explicarle que está equivocado. Discutir con el, solo logrará que se agite y
moleste más; la forma más adecuada, a pesar de los insultos, es a través de
palabras suaves y tranquilizadoras y utilizando alguna técnica que redirija la
atención del paciente hacia otra cosa.
No debemos tratar de reprimirle
físicamente, puede sentirse acorralado y sentirse más combativo. Estos
comportamientos a veces se pueden evitar utilizando actividades que le
distraigan, llamando su atención hacia otra cosa.
TRASTORNO DEL SUEÑO
A medida
que avanza la edad, el sueño tiende a ser más fragmentado, menos profundo y con
despertares nocturnos frecuentes. En el caso del enfermo con demencia, este
puede despertarse en la noche para ir al baño y no encontrarlo, lo que puede
producirle confusión y/o agitación; en estos casos, dispondremos de una luz de
noche y un orinal a su alcance, señalizando la localización del baño. El
ejercicio mejora la calidad del sueño y su duración; este deberá realizarse
preferentemente en la mañana o muy temprano en la tarde, no antes de acostarse.
Los trastornos del sueño en el demenciado son uno de los problemas más
agotadores para los cuidadores.
Eliminaremos
las siestas. Las siestas en la tarde pueden darle cierta libertad al cuidador,
pero quitan tiempo al sueño nocturno. Suele ser apropiado darles leche caliente
o tisanas de hierbas aromáticas antes de acostarse para contribuir a relajar al
mayor.
TRASTORNOS DE APETITO
En
ocasiones, la pérdida de memoria reciente, es uno de los primeros síntomas de
la enfermedad que puede hacer que nuestro familiar olvide que acaba de ingerir
su comida y pida más a cualquier hora.
Los
hábitos alimentarios pueden complicarse además si existe una afectación del
centro cerebral regulador del apetito, apareciendo unas ganas desmesuradas de
comer en general o sobre determinados tipos de alimentos. Repartiremos la
cantidad total de alimentos que debe ingerir en un día en más tomas de las
acostumbradas. Prepararemos comidas bajas en calorías: frutas, verduras,
líquidos, productos desnatados, etc.
DEPRESIÓN
La
depresión fundamentalmente es un trastorno del humor, del ánimo, que hace que
quien la padece se encuentre triste, incapaz de experimentar placer, sin
ilusión, con sensación de soledad e inutilidad. Todo ello altera su actividad,
acompañándose de alteración del sueño, cansancio, inquietud, síntomas físicos
que se viven como malestar general.
1.
Debemos valorar los síntomas y determinar si es
necesario el uso de fármacos u otras medidas.
2.
No insistir a la persona para que se anime e intente
salir de la depresión. No potenciar
comportamientos depresivos (permanecer en cama, descuidar su higiene o imagen,
abandonar actividades, etc.)
3.
Recomendar de forma especial el mantenimiento de las
actividades de la vida diaria (higiene, tareas domésticas, comidas, etc.).
Procurar realizar otro tipo de actividades, aquellas que gustan a la persona
(salir a tomar un café, a pasear, jugar una partida de cartas, conversar,
etc.). Promover actividades en grupo que evitan el aislamiento.
4.
Debemos asegurarnos que no le pedimos tareas
complicadas que no sabe realizar y pueden desanimarles aún más.
5.
Cuidar la visión, que es un sentido de gran importancia
para relacionarnos con el medio: no forzar la vista, utilizar gafas si es
necesario.
6.
Mantener las relaciones con otras personas alarga la
vida en cantidad y calidad. Interesa potenciar la conversación, que favorece la
expresión de sentimientos, emociones y la rememoración. En general, evocar
recuerdos personales mejora la autoestima. El llanto puede ser beneficioso como
desahogo, pero no debe convertirse en una forma de asegurar la atención de los
que nos rodean.
7.
Intentaremos mejorar los problemas de sueño mediante el
control de horarios
8.
Respecto a los pensamientos depresivos, debemos
relativizar los contenidos, indicando los aspectos positivos o las alternativas
a dicho pensamiento.
DELIRIOS
Son
interpretaciones erróneas, falsas creencias sobre la realidad que el paciente
mantiene como verídicas. En enfermos con demencia suelen observarse delirios de
robo, de intrusión o reconocimiento del hogar, de abandono, infidelidad, etc.
Un
ejemplo de delirio muy frecuente es el “delirio de robo”: el paciente, ante la
desaparición de un objeto (cuya explicación puede ser haberlo guardado y no
recordar dónde), cree que éste le ha sido robado por alguien, pudiendo acusar
de ello al cuidador u otra persona cercana.
Los
delirios son los desencadenantes de muchos problemas de comportamiento y en
general causan temor a los familiares. Si los delirios son poco importantes o
infrecuentes, y no dificultan la vida del enfermo, pueden pasarse por alto,
siempre observando su evolución.
ALUCINACIONES
Las
personas que sufren alucinaciones ven, oyen, huelen o sienten cosas que no son
reales. Las alucinaciones son percepciones erróneas, sin un estímulo real que
las provoque. Reaccionaremos con calma para que el paciente se sienta cómodo y
protegido. Para la persona con demencia estas circunstancias pueden ser muy
reales y le producen temor y angustia; no obstante, no es conveniente que
discuta con ella sobre la veracidad de lo que ha visto u oído; trataremos de
calmarla tomándola de la mano y hablándole suave y cariñosamente. También
podemos distraerla mostrándole algo real de la habitación donde se encuentra.
VAGABUNDEO
Es una
de las características más notables de la demencia. Es potencialmente peligroso
para el paciente y sus cuidadores, es desesperante y produce pánico y
sentimientos de culpa. A menudo es producido por una sensación de hallarse
perdido y/o porque algo distrae al paciente. Los lugares nuevos, desconocidos
para el paciente, incrementan la probabilidad del vagabundeo por tratarse de
lugares no familiares. Algunos pacientes vagabundean de día, otros de noche, y
a veces por ninguna razón aparente. Algunos vagabundean por sentirse
físicamente inquietos, por lo que largas y agotadoras caminadas pueden
ayudarles a relajarse; una vez en casa, cuando el paciente aparece, evitaremos
demostrar el enojo y hablarle pausadamente y con cariño.
Averiguaremos si
las idas y venidas están ocasionadas por aburrimiento. Procuraremos que este identificado,
impidiendo que salga de casa solo.
REPETICIÓN DE ACTOS Y
PREGUNTAS
Se trata
de una conducta que de alguna forma es opuesta al vagabundeo, en lugar de
hallarse distraído, el paciente se queda fijado en una tarea o no es capaz de
dejar de hacerla (p.ej., doblar toallas, lavarse las manos, pasear, apagar y
encender las luces). Si la conducta repetitiva no es peligrosa, puede dejársele
que continúe tanto tiempo como pueda hacerlo. Si se desea que tal conducta
termine, a veces el decirle "para o detente" puede o no funcionar.
Otras veces, puede abrazarle o cogerle cariñosamente del brazo para que
interrumpa la actividad mientras se le habla suavemente agradeciéndole por aquello
que estaba realizando y ofreciéndole otra tarea.
Ante la
repetición constante intente redirigir su atención hacia otra actividad que el
paciente disfrute; es decir, ofrézcale algo distinto para ver, hacer u oír.
OCULTANDO, PERDIENDO Y
AMONTONANDO COSAS
Este
tipo de conducta también es muy común en la demencia: suelen olvidar dónde han
puesto las cosas y en algunos casos pueden acusarle a usted y a otras personas
de sustraer los objetos perdidos. Para poder manejar esta situación es
necesario disponer sus cosas en lugares seguros y que tenga duplicados de los
objetos más importantes (llaves, gafas).
CONDUCTA PERSECUTORIA O DE
SEGUIMIENTO
Algunos
enfermos con demencia siguen a sus cuidadores de habitación en habitación.
Aunque esta conducta puede llegar a ser frustrante, por lo menos están a la
vista y no vagabundeando lejos y en lugares desconocidos. Trataremos de ser
pacientes; el enfermo vive en un mundo extraño y complicado que le es menos
familiar y misterioso cada día que pasa, en el que el cuidador es su único
punto de referencia y seguridad (se siente inseguro, teme que se vaya y no
regrese), por lo que es natural que quiera seguirle a todas partes.
OBSTINACIÓN O NEGATIVISMO
Una
memoria vacilante, la pérdida progresiva de las propias capacidades, el aumento
de la dependencia hacia otros para las actividades más mínimas y el miedo a un
futuro incierto hará que muchas personas se vuelvan más obstinadas. Es una
respuesta consecuente. Muchos enfermos con demencia automáticamente dirán "no"
a un sinnúmero de propuestas por parte
del cuidador: "Cuando queramos que hagan algo, no lo harán". Si le
decimos "es hora de que te bañes" y rechaza de inmediato esta
propuesta, es posible que el paciente no entienda bien el significado de lo que
le acabamos de decir. Optaremos por llevarlo al baño, con tranquilidad, meterlo
en la ducha y pedirle que se quite la ropa, pieza por pieza.
AGITACIÓN Y AGRESIVIDAD
Cuando
hablamos de agitación nos referimos a un estado de intranquilidad, excitación,
y/o conductas repetitivas que la persona no puede controlar, carecen de una
finalidad aparente y que están presentes de forma continuada.
La
agitación puede ser una manifestación del estrés o ansiedad, así como una vía
de expresión de múltiples síntomas en un enfermo, cansancio, dolores, insomnio,
ganas de orinar, etc.
El
enfermo puede mostrar en ciertos momentos enfado, irritabilidad o incluso
agresividad: gestos o expresiones corporales (ceño fruncida), agresiones
verbales (insultos, gritos), agresiones físicas, etc.
Ante la
presencia de un problema de agitación o agresividad debemos buscar la posible
causa, circunstancias que hacen que la persona se comporte de esta manera,
problemas de salud, efectos de la medicación u otras sustancias, cansancio, incomodidad,
etc.
Evitaremos
reaccionar de manera impulsiva, mediante enfrentamientos: debemos mantener la
calma, tranquilizar y desviar su atención mediante actividades o comentarios.
SÍNDROME DEL SOL PONIENTE O
CREPUSCULAR
En la
demencia se aprecia un ritmo diario circadiano: razonable funcionamiento y
cooperación en las mañanas y empeoramiento vespertino ("cuando la tarde
cae"), con confusión, irritabilidad, deterioro mental e incremento de los
problemas conductuales; tiene un inicio rápido y es más frecuente en marcos
institucionales. Este ritmo diario es conocido como "Síndrome del Sol
Poniente". Aunque su causa se desconoce, se considera que la fatiga, los
ambientes con poca luz y la carencia de una estimulación sensorial adecuada
pueden jugar un papel importante.
Debemos
planificar la mayoría de las tareas para el paciente en las mañanas y dejar la
tarde más libre para el paciente, reduciendo al máximo el número de estímulos
que aumente su distracción y tratando de que la tarde sea lo más simple posible
para él, estimulando el ejercicio y la actividad mental y social personalizada,
acompañando siempre los ambientes con luz de día.
DESINHIBICIÓN
Es el
comportamiento impulsivo e inapropiado de la persona que padece una demencia en
cuanto a sus movimientos o a sus palabras, más frecuentemente. El demenciado
pierde la capacidad para diferenciar lo que está bien o mal en nuestra sociedad
llegando a comportarse de forma irresponsable e irrespetuosa, con
demostraciones de escasez de juicio o sentido común, e incapaz de adaptar sus
comportamientos a todo lo que les rodea. Se vuelve impulsivo en sus
comportamientos; se comporta de manera grosera, descortés, perdiendo la gracia
y el tacto social; mantiene un lenguaje obsceno, roba, arremete, etc.
A veces
muestra una excesiva jocosidad, realizando bromas de forma excesiva, ofensivas
o en momentos inoportunos. Nuestra intervención se basa en:
1.
No darle demasiada importancia, comprender que se trata
de efecto de su demencia y que no es posible razonar con él.
2.
Tranquilizarle siempre mediante nuestro tono de voz,
tacto, y palabras. Conviene ser empático, receptivo, amable, etc.
3.
Informar sobre este problema a las personas de su
entorno cercano para que comprendan por qué el enfermo se comporta de
determinada manera. No hay que sentir vergüenza, ni debe haber sentimientos de
culpabilidad.
4.
No reprimirle físicamente, puede sentirse acorralado y
más combativo.
5.
Tratar de evitar estos comportamientos utilizando
actividades que le distraigan, llamando su atención hacia otra cosa.
CONDUCTA SEXUAL INAPROPIADA
Es una
preocupación habitual aunque no suele ser una conducta frecuente. Aunque se
trata de una conducta que no suele ser dirigida a nadie en particular, la
exposición de los genitales, caminar desnudo, el acoso sexual, la masturbación
en público, etc., suele crear un gran trastorno en familia y cuidadores.
Investigaremos
el posible origen de esa conducta; por ejemplo, el encontrarlo desnudo
deambulando puede ser simplemente que olvidó que debe vestirse y/o no encontró
su ropa y/o tiene calor; la exposición de sus genitales puede significar que
tiene deseos de orinar. Si el que se desnude en público es el problema, le
pondremos ropa que para él sea difícil de quitar, etc.